«Yo despertaba con dolores en la noche y ya no tengo dolor»

«Yo despertaba con dolores en la noche y ya no tengo dolor»

El siguiente artículo es la historia de Claudia, quien amablemente a raíz de la experiencia con su queloide decidió compartir su relato y los aprendizajes tras largos años de tratamientos.

Desde infiltraciones hasta cirugías, ella ha probado múltiples técnicas terapeuticas y actualmente está cursando un tratamiento que le ha dado resultados muy positivos. Esperamos que esta información sea de ayuda para quienes se encuentran en este proceso y que podamos como comunidad rescatar las enseñanzas de sus vivencias.

Cabe destacar que no existen conflictos de interés con los profesionales y clínicas mencionadas.

Primeros tratamientos

A continuación, les compartiremos en primera persona los relatos de Claudia, los cuales han sido ordenados según el tratamiento que se realizó:

Crioterapia e infiltración

«La verdad es que ya no me acuerdo qué más o menos cómo me apareció el queloide, pero sí sé que fue producto una vacuna aproximadamente entre los 10-12 años. Como estaba entrando a la preadolescencia, me empezó a molestar ya que muchas personas preguntaban que tenía ahí: Era un pequeño queloide en el brazo izquierdo post vacuna.

La primera terapia que recibí tiene que haber sido a los 12 o 13 años más o menos. Fue terapia de nitrógeno líquido y lo que hizo fue «quemarme» el queloide y finalmente se me agrandó, tiene que haber sido al doble de su tamaño.

Después del tratamiento yo creo que no me toqué el queloide hasta más o menos llegado a los 15 años, donde me hice las primeras sesiones de infiltración de corticoide. La verdad es que no recuerdo qué corticoide me infiltraron, pero la verdad es que no hizo mucho efecto en mi, aparte el dolor que implicaba. Yo creo que me tengo que haber hecho unas tres sesiones aproximadamente entre los 15 y 16 años. Fueron pocas pero no hubo ninguna mejoría que se notara. Sólo era el dolor de la infiltración y nada más.

Después cuando estaba en primer año de universidad a los 18 años, busqué por Google algún tratamiento para el queloide porque aparte del dolor, tenía muchísimo picor»

Cirugía y radioterapia

«Después de eso encontré una terapia que hacían en la Clínica [se censuró el nombre]. Un cirujano plástico retiraba el queloide y realizaba una cirugía ambulatoria y después de eso me iban a hacer radioterapia, aproximadamente a la semana después.

Resulta que por ser la zona del hombro y el brazo el post operatorio fue muy malo, porque finalmente yo dormía con el brazo hacia arriba entonces se me abrieron algunos puntos sobre todo los que los que conectaban en el hombro con el brazo. Era en esa zona al doblar el brazo y finalmente se me terminó abriendo. Se me generó una cicatriz posterior como al año, que era mucho más grande que la anterior. No hubo una mejoría en respecto en la apariencia del queloide, tenía doble del tamaño del queloide anterior, me seguía doliendo y sentía mucho picor»

Su queloide después de la primera cirugía.

Segunda cirugía

«5 años después a los 24 años le pedí a otro médico que me retirara el queloide. La cirugía fue mayor y me tuvieron que hacer una especie de «T» en la zona del hombro – brazo y el post operatorio fue peor. No tuve un acompañamiento, me automediqué al ponerme siliconas antes de tiempo, por lo que la zona se me infectó. También me pusieron corticoides antes de tiempo y finalmente la herida se me abrió y se demoró casi dos meses en cerrar. Después llegué a la Clínica Alemana con el director de Coaniquem y él logró cerrarme la herida, al menos ese era mi objetivo principal.

Ya con mi queloide enorme la posibilidad de operarse nuevamente era cero, porque ya había probado la radioterapia hace años, la cirugía, el láser nunca probé así como tal así como como tratamiento pero también me habían recomendado no hacerlo a menos que el queloide estuviese completamente tratado y sin volumen. La búsqueda siguió en el año 2021 y llegué a una dermatóloga que me hizo inyección de enzimas que tampoco tuvo resultado. Tuve 5-6 sesiones con ella, al final fue puro gastar dinero»

Infiltración con corticoide (Tratamiento actual)

«Eventualmente se compartió un post en Queloide.cl de alguien que se había inyectado corticoide y había tenido muy buen resultado con el Dr. Juan Carlos Gallardo de la Clínica Arrayán, así que decidí visitarlo y cuando empecé a hablar con él, la verdad es que fue súper honesto y me dijo: «Yo no me atrevo a sacártelo, es demasiado grande es muy complejo y no te garantizo que te quede nada y finalmente podría ser peor para ti (…) Es una cirugía muy compleja» 

Además (con la cirugía) podía tener el riesgo de que volviera a crecer por tercera vez y más grande aún, entonces me dijo que sí se atrevía a infiltrarme corticoide, específicamente Triamcil que lo venden en Brasil, así que me inyectó la dosis más alta de 40 mg.

Los resultados son notables porque de partida bajamos las expectativas de lo que yo quería que era básicamente controlar el dolor, porque era mucho. Yo despertaba con dolores en la noche y ya no tengo dolor desde que me empecé a inyectar corticoide, y lo segundo es que la idea era bajar el volumen y eso es notable. La mejoría yo creo que hasta altura es de un 75% y lo que queda ya son detalles que se van a ir en unos meses. Ahora ya no vamos a realizar infiltraciones todos los meses, sino que cada dos meses y después más adelante quizás va a ser más con más tiempo de distancia, mientras el queloide siga activo.

Ahora sólo queda esperar y que siga en mejoría y que pase a ser tratamiento ya no todos los meses sino cada dos meses y después cada 6 meses, con la finalidad de ir disminuyendo la actividad del queloide por ahora»

Evolución de su cicatriz con tratamiento de infiltración.

Principales aprendizajes

Luego de conocer los múltiples tratamientos que realizó Claudia, puedo concluir lo común que es este largo camino con tratamientos cuando se tienen queloides. Lamentablemente la incertidumbre es una parte a considerar durante los tratamientos de cicatrices y el acceso a la información es clave al momento de enfrentar este proceso.

Por lo mismo, quisiera destacar algunas situaciones que pueden ayudarnos a la hora de decidir realizar un tratamiento para cicatrices:

  • Expectativas realistas: No hay nada más positivo que un escenario realista, aunque este no sea lo que esperamos. La transparencia y honestidad a la hora de realizar un tratamiento nos ayuda a entender cómo nuestra piel irá avanzando y a mantener la calma durante el proceso.
  • Cirugías bien planificadas: Cuando se opera un queloide, la cirugía debe contemplar un pre y post operatorio integral. El riesgo de recidiva siempre estará, incluso si se siguen todas las indicaciones al pie de la letra. No obstante, el contar con un equipo comprometido y un plan de acción claro, nos ayudará a avanzar con más herramientas y de una forma más segura.
  • Post operatorio: Este periodo es clave y actualmente hay muchos profesionales dedicados específicamente a esta área. En Chile, existe la especialidad de Kinesiología Dermatofuncional y Cirugía Plástica, quienes se dedican a la rehabilitación de la piel y personalmente considero una pieza clave en el abordaje de cicatrices luego de una cirugía.
  • Uso de productos en el tiempo adecuado: No todos los productos para cicatrices se pueden utilizar inmediatamente. En el caso de los parches de silicona, estos se deben aplicar cuando la piel esté sin costras ni heridas. Es una complicación que observamos a menudo y siempre es importante respetar los tiempos de uso de cada producto.

Palabras finales

Quiero agradecer a Claudia por su amabilidad y compartir estas experiencias con nuestra comunidad. Sé que hay muchísimas personas que ansían encontrar una solución a sus queloides en distintos niveles, y tu relato nos enseña la importancia de llegar a buenas manos, más allá de los resultados estéticos.

Claudia en sus palabras, nos comenta: «Quiero que otras personas que pasen por lo mismo de uno no tengan que equivocarse tanto como uno, hay que compartir las malas experiencias y las buenas. He pensado que esta cuestión es «algo estético» pero para mí en un tiempo ya no lo fue. Cuando me apareció quizás en ese momento era estético pero después era doloroso, estaba siempre activo.

No había llegado a buenas manos en ese tiempo y no había tanta información como hoy en día. Es genial poder compartir las buenas y las malas experiencias de los pacientes y pues sobretodo las buenas porque al final uno ahí busca con quien tratar. Ha sido muy bueno el apoyo que me ha dado el doctor, así que me sentido confiada en ese sentido. Mi esposo me acompañaba a las terapias, entonces ha sido bacán su profesionalismo. Él está preocupado y se pone contento tanto conmigo como con lo que estamos haciendo»

Actualmente los profesionales cuentan con muchas más herramientas, tecnologías y productos para poder abordar las cicatrices de una forma integral. También quiero destacar la dedicación de su doctor y cómo ella se ha sentido acompañada en este proceso. Si bien la mejoría es evidente, cuando tu calidad de vida mejora todo vale la pena.

Muchísimas gracias por leer esta historia y espero que sea de ayuda para muchos,

Con cariño,

Isi de Queloide.cl

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