«Mi cicatriz es parte de mí, de mi historia y de quién soy hoy en día»

«Mi cicatriz es parte de mí, de mi historia y de quién soy hoy en día»

Hace algún tiempo decidimos realizar una instancia fotográfica para compartir distintas experiencias con queloides y cicatrices. Aquí en nuestro espacio virtual y también en nuestra tienda física, convergen muchísimas vivencias de quienes vivimos con queloides, con historias que marcan un antes y después en nuestra vida.

Es por esto que través de este espacio quisimos compartir historias de vida con aprendizajes valiosos para quienes formamos parte de esta comunidad, siendo una invitación también para quienes no conocen sobre el tema. Esta es la segunda de muchas otras entrevistas que hemos estado preparando para ustedes. ¡Gracias a quienes participaron y a quienes leerán esto!

Karen Burgos es nuestra segunda entrevistada. A ella la conocí hace muuuchos años a través de Instagram y me contó parte de su historia. Ahora he tenido el privilegio de conocer más sobre su tratamiento y siento que es un aprendizaje MUY valioso para quienes estén planificando tener una cirugía de resección de queloide… Ella nos contó más sobre la experiencia de haber pasado por 3 cirugías y una gran complicación. Con ustedes, su historia:

«Tengo 33 años, soy maquilladora y peinadora profesional y utilizo solo productos cruelty free, además soy ingeniera civil industrial y trabajo en el área comercial. Lo que partió como hobbie y hoy lo que me apasiona es el maquillaje y el cuidado de la piel, además me gusta hacer deporte, tengo 2 gatas y un perro y vivo con mi pololo.

Decidí participar en esta convocatoria porque creo que es importante que las personas que tienen o no queloides puedan conocer distintas caras de como uno ha enfrentado y abordado vivir con esto. Toda la experiencia suma para que personas que desconocen esta afección a la piel puedan conocer y estar informados, quizás alguien de la familia, amigos o gente del trabajo se pueda sentir identificada con nuestra historia y sentirse acompañados en este proceso»

Antes de continuar, les comparto las redes sociales de Karen. ¡Aquí comparte más sobre su vida y su pasión!

La historia de sus cicatrices

Tengo dos cicatrices en mi escote. La primera y más grande partió cuando tenía 14 años (año 2004), me salió un punto negro y lo reventé varias veces, la primera se hizo una costra y volvió a aparecer, la segunda vez también hizo costra pero volvió a aparecer, la tercera y última vez que lo apreté nunca más cicatrizó y empezó a crecer una cicatriz abultada, chiquitita, que no le tomé importancia.

Cuando ya estaba en la universidad, me di cuenta que empezó a crecer más de la cuenta y lo noté porque mis compañeros me empezaron a preguntar «que tienes ahí?» «Te quemaste?» Porque la verdad para mi no era importante. Así que mi mamá me llevó a un dermatólogo recomendado por un compañero de universidad que también hacia queloides, y cuando a mi mamá le hablaron que me quemarían el queloide con nitrógeno nunca más volvimos. Tuve 3 infiltraciones con mi dermatólogo que me ha tratado el acné y que siempre me dijo que no me iba a operar porque esas cirugías siempre terminaban mal y que si yo quería hacerlo tenia que ser con un cirujano plástico que viera reconstrucción, que no fuera de cirugía estética así que me dejé estar y quitarle importancia hasta que cuando salí de la universidad ya era mucho más grande y ya me picaba y dolía mucho, sobre todo me dolía el brazo izquierdo y no entendía porqué, tenía mal dormir ya que tenía que apretar mi cicatriz para poder estirar o elongar mi espalda.

No fue hasta que entré a trabajar en el año 2016, donde tenía que manejar muchas horas al día, en que realmente notaba el dolor del brazo izquierdo sumado con el dolor del pecho, así fue como llegué donde un cirujano plástico que hacía cirugías reconstructivas por quemadura en la Clínica Alemana que me habían recomendado mucho, el Dr. Norambuena, que fue super amable. Él había sufrido quemaduras por lo que su empatía y sinceridad hicieron que tomara la decisión de operarme, ya que fue super transparente en indicarme las probabilidades de que me volviera a salir otro queloide pero que mi dolor crónico había que tratarlo si o si.

Una cirugía con complicación

En ese periodo de tiempo, por la picazón que generan los queloides, de tanto rascarme, me salió otro pequeño muy cercano a la cicatriz grande por lo que la opción era operar los 2 juntos. La primera cirugía fue en septiembre 2016, Después de eso comencé con sesiones de Kine en la cicatriz junto con unos corsé especiales para presionarla, pero lamentablemente la Kinesiologa sin autorización del cirujano (que yo no sabía que ella no tenía la autorización del médico tratante) me quitó la lámina de silicona que iba entre la cicatriz y el corsé y con el roce de la tela esto generó una mini herida, me entró una bacteria y se me necrosó mi cicatriz. Fue muy doloroso, no solo porque mi cicatriz había quedado hermosa, sino que había que operar de urgencia ya que la infección avanzó demasiado rápido y era peligroso, aún recuerdo las palabras del cirujano «vamos a operar y tratar de cerrar con tu piel, pero sino tendremos que sacar injerto de otro lado» y yo solo pensaba en que había que empezar de nuevo y que ojalá no me sacaran piel de otro lado para no tener otro queloide.

La cirugía salió bien, quedó feísima la cicatriz e hizo un queloide rápidamente, por lo que el cirujano me recomendó esperar 1 mes hasta operar nuevamente. En esta tercera cirugía y esperando fuera la última, el plan de acción cambió y esta vez operamos y coordinamos sesiones de radioterapia. Post cirugía me hicieron 3 sesiones de radioterapia, la primera el mismo día de la cirugía y las otras dos los días siguientes. El radiólogo también fue muy empático en acompañarme en ese proceso, el Dr. Harbst monitoreaba constantemente mi piel para evitar resequedad y que la piel aguantara bien la radioterapia. Tuve una muy buena recuperación, tenía controles periódicos y un monitoreo posterior cirugía + radioterapia por 6 meses. Solo me apoyé en el uso siliconas, masajes con aceites de rosa mosqueta, Cicaplast. Mucho bloqueador solar y cero exposición al sol.

Su vida con cicatrices

Mi relación con mis cicatrices en general siempre ha sido buena, salvó cuando pasó lo de la necrosis que fue super fuerte.

Con respecto a sus puntos más difíciles, Karen nos indica: «Pasé por un periodo que no quería que se viera o que me preguntaran, pero siempre siempre he tenido el apoyo de mi familia, pareja y amigas/os por lo que nunca ha sido como tema. Si me preguntan yo contesto feliz, siento que hablándolo podré evitar que esto le suceda a alguien más»

¿Cómo ha sido el trato de las demás personas respecto a esto?

En general bien, siempre he tenido un circulo que me contiene y apoya muchísimo. Hoy en día hay más información que antes y creo que los médicos también deben explicar más de donde vienen las afecciones, explicar desde la base de quien te escucha no tiene idea de cómo funciona la piel, quizás así mi mamá no se hubiese asustado y esto se podría haber evitado hace mucho años atrás. Hoy también hay más respeto, me han preguntado que me pasó ahí y que si no quiero contar que está bien, muchos piensan que me quemé jaja porque desconocen lo que son los queloides.

¿Qué mensaje, aprendizajes o reflexiones te gustaría compartir?

Que pregunten, investiguen, no sé queden solo lo que te dice el médico, hoy hay más acceso a la información que años atrás, que no se dejen engañar por cualquier médico tampoco. Mi Dermatólogo le agradezco infinito por siempre estar pendiente de mis cicatrices y evitar dentro de lo posible que crecieran. También aprender por cuenta propia, tener la proactividad de saber como funciona, cómo reacciona la piel, estudiar todo lo relacionado.

Quiero (…) seguir cuidando de mi cicatriz, monitorear cuando se inflame (hay una esquina que sigue rojita) y por sobre todo aceptarla y quererla, es parte de mi, de mi historia y de quien soy hoy en día.

Más preguntas

A continuación les comparto algunas preguntas más concisas sobre su experiencia con cicatrices

¿Algo positivo que rescates de tus experiencias mencionadas? Del apoyo y preocupación de los que me rodean

¿Cómo te sentiste en el espacio de las fotografías? ¿Recomendarías esta experiencia? Me sentí demasiado segura!!! Amé la experiencia, había llevado hasta más outfits para hacer varias fotos jajaja. Se agradece la oportunidad.

¿Qué ha significado para ti esta experiencia? De conocer una comunidad muy bacán de alternativas para el cuidado de queloide

¿Cómo haces para parar la picazón o ardor del queloide? Antes de cirugía me apretaba con la mano o le ponía cremas, post cirugías los parches de silicona.

¿Prefieres esconder tus cicatrices o las muestras? ¿Tratas de camuflarlas? Las muestro siempre 🙂

¿Tener cicatrices te ha bajado el autoestima? ¿O lo has aceptado? En algún momento si, porque sentía que en el escote se veía feo y no era igual que las demás. Hoy en día me da lo mismo, es parte de mi y no lo voy a esconder, uso la ropa que quiero.

¿Tus cicatrices son de nacimiento, accidente o procedimiento quirúrgico? Accidente auto provocado jajaja

¿Cuáles complejos tienes cuando llegas a intimar con alguien y debe ver tus cicatrices? Gracias al universo jamás he tenido una pareja que critique mis cicatrices, siempre me han respetado y apoyado.

Palabras finales

Quiero agradecer infinitamente a Karen por compartir tantos detalles de su experiencia. Han pasado varios años y si bien la tecnología ha avanzado muchísimo, todavía se observa el poco conocimiento sobre los queloides y sus tratamientos. Más de alguna vez nos han llegado historias donde los dermatólog@s ofrecen un sólo tratamiento y no invitan al investigar, al probar nuevas técnicas, al derivar a otros lugares… Sé que es complejo porque el gran problema de los queloides es el difícil acceso y el gran costo monetario de conlleva, pero a través de la información compartida desde nuestras propias experiencias, aprendemos un montón.

Sé que la experiencia de Karen ayudará a más de una persona. Es una invitación a conocer otros tratamientos, y por supuesto, a mostrar que más allá de lo estético, los queloides pueden llegar a dificultar otros aspectos de nuestra vida. Incluso lo estético puede llegar a último plano y en esos casos las cirugías de resección no solo entregan una cicatriz de apariencia más «estética», sino que un alivio y mejora en nuestra calidad de vida.

¡Gracias Karen por compartir esto! y sé que será una historia que deje huella.

Con amor,

Isi

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