Un tratamiento completo de queloide: La historia de Micka
Hace algún tiempo me escribió Micka desde Valparaíso, en Chile. Ella me contó que estaba realizando un tratamiento muy completo para eliminar su queloide del pecho. El método consiste en ir alternando diversos tratamientos dependiendo del criterio de su dermatóloga. Este tipo de procedimientos, según mi punto de vista como paciente, suele ser el más adecuado, ya que permite ir constantemente ajustando los tratamientos y mecanismos a lo más adecuados según el contexto. Si bien este sistema puede tardar un poco más en otorgar resultados notorios, no es tan invasivo para quien se somete a él y permite una mejor toma de decisiones.
Micka se atiende con la Dra. Paulina Fuentes Finkelstein, en Viña del Mar (Chile). La especialista, además de otorgarle un tratamiento que ha entregado resultados considerables, ofrece un valor acorde al mercado. ¡Me encanta saber que existe esta opción de un tratamiento menos invasivo! Además, con este método se aprovechan al 100% las herramientas que posee cada especialista, y se adecúan los tiempos y modos de intervención a los más idóneos para cada momento.
Micka nos envió su historia completa, incluyendo tanto fotos como recomendaciones. Le agradezco enormemente por entregarnos esta información tan valiosa; sé que a muchas personas les ayudará para poder tomar una mejor decisión al momento de realizar un tratamiento. A continuación te comparto su vivencia.
Contenidos
La historia de Micka
Hola a todas, todos, todes. Mi nombre es Micka, tengo 25 años y vivo con una cicatriz queloide en el pecho.
Mi historia comenzó aproximadamente a la edad de 18 años. En ese entonces, apareció un pequeño punto negro en mi pecho, el cual jamás reventé ni intenté remover. Pasaron los años y fui notando, a través de fotografías, que el punto negro había crecido bastante. Me preocupé mucho y pensé lo peor del mundo: que era un tumor maligno.
Con esa idea en mente, fui en reiteradas ocasiones a doctores del sistema público de mi país y recibí siempre la misma respuesta: «Es un queloide. Es algo estético y no lo cubre tu previsión. Tienes que ir a un dermatólogo». Luego, al averiguar que los queloides no son malignos, me despreocupé y lo dejé pasar. Sin embargo, unos años después, la picazón por el tamaño que había alcanzado mi cicatriz no me dejaba dormir y me perturbaban las miradas de la gente, además de sus comentarios desatinados.
Mickaela
El queloide de Micka comenzó a desarrollarse hace mucho tiempo. Si bien ella no encontró una foto del queloide previo al tratamiento, nos compartió esta imagen de cuando recién comenzó a desarrollarse, cuando ella era aun una adolescente.
El tratamiento de su queloide
Por primera vez comencé a asistir a muchos dermatólogos buscando distintas opciones de tratamiento. De entre todas las opciones, opté por realizar un tratamiento con una especialista que me ofrecía un plan muy completo:
CRIOTERAPIA + INFILTRACIONES DE CORTICOIDES + LÁSER COMBINADO Y PARCHES DE SILICONA.
Actualmente voy en mi quinta sesión. Se han dividido en 3 sesiones intercaladas de láser combinado + infiltración + la infaltable lámina de silicona y 2 sesiones de crioterapia + infiltración + lámina de silicona. Debo decir que mi resultado está siendo muy satisfactorio: las molestias como picazón y punzadas (que llegaban a sentirse como mil cuchillos clavándose en mi pecho) han disminuido en un 90 %. En cuanto a lo estético, también ha avanzado de manera satisfactoria, ya que la cicatriz se ha aplanado demasiado.
Aun así, debo decir que el proceso ha sido tremendamente doloroso, especialmente la crioterapia. Sabiendo esto, mi dermatóloga me inyecta siempre anestesia, independiente del tratamiento que vayamos a realizar.
Su opinión acerca de crioterapia + infiltración.
Como había dicho, es un proceso muy doloroso. Además, la piel tarda en regenerarse aproximadamente 2 meses ya que, al intervenir con frío (nitrógeno), se provoca una quemadura de grado 3. La piel se recoge, aparecen ampollas, se generan úlceras en la herida… ¡duele, duele, duele y por dios que duele! Luego de eso, comienza a formarse una costra que, con el tiempo, cae y da paso a una piel plana y nuevita. A mi juicio, tanto el proceso como los resultados son mucho mejores y más rápidos si los comparamos con los obtenidos con el láser.
Como se aprecia en la foto, durante mi primera sesión de crioterapia se quemó piel sana, debido a un error durante la intervención. Sin embargo, con las sesiones de láser esa piel se ha ido recuperando y actualmente las marcas ya no están.
Su opinión acerca de láser combinado + infiltración.
Este procedimiento es muchísimo menos doloroso que la crioterapia. Asimismo, la piel sana más rápido, y el color de la cicatriz mejora notoriamente. Es un proceso infinitamente menos invasivo que la crioterapia. Mi dermatóloga la realiza una vez al mes. Como se puede suponer, el lado negativo es que los resultados no son tan inmediatos como los de la crioterapia.
Opiniones sobre lámina de silicona
Sin duda alguna, ¡este fue el mejor descubrimiento! A mi parecer, la lámina es sagrada para el cuidado de una cicatriz queloide, independiente si estás en tratamiento o no. Su importancia radica en que mantiene hidratada la cicatriz, alivia gran parte de los síntomas y, además, evita que el queloide siga creciendo.
Con el tratamiento de láser y la crioterapia, mi queloide se aplanó, aunque su superficie se ha extendido. No obstante, con la lámina de silicona me he mantenido súper bien. Creo que su utilización es trascendental porque mantiene los avances que se logran con los otros tratamientos.
La cicatriz de Micka en la actualidad
En este momento, llevo 3 meses aproximadamente sin tratamiento. Esto se debe a distintos motivos, propios del contexto en que nos encontramos: pandemia, permisos en cuarentena, actualidad del COVID-19 y similares. Todo esto se ha sumado a que mi dermatóloga tuvo su época de vacaciones durante estos meses.
Cuando pueda continuar con las sesiones, es muy probable que solo me someta a tratamiento de láser combinado + infiltración + láminas, debido al dolor que me provoca la crioterapia.
Para cerrar, me gustaría contarles que antes solía comprar la lámina de silicona Silipiel, en Chile. Cada lámina me duraba como máximo 3 semanas, por lo que terminaba invirtiendo mucho dinero en ellas. En cambio, ahora uso las láminas de silicona PIUR. Las conocí gracias a que participé en un concurso que hizo la Isi y tuve la suerte de ganar. Debo decir que las láminas son ¡MARAVILLOSAS! Las amo porque duran mucho tiempo y son mega cómodas. Además, tienen una línea de láminas color beige, ideaaaaaal para morenas como yo. Por primera vez en muchos años he vuelto a usar escote gracias a la seguridad que me da la lámina a color.
Espero algún día volver a mostrar mi queloide sin vergüenza y sin preocuparme de lo que opine la gente. Deseo esto para todos los que cargamos con este tipo de piel. ¡Saludos cargados de buena vibra!
Agradecimientos finales
¡Muchas gracias Micka por compartirnos tu historia! Me hace muy feliz saber que hay personas que actualmente están en tratamiento, logrando resultados exitosos. Quienes padecemos de cicatrización queloide sabemos lo difícil que es vivir con esta condición. Debido a esto, se vuelve impagable encontrar profesionales que puedan ayudarnos de tantas maneras, como en la historia que acabamos de conocer.
La dermatóloga que realiza el tratamiento de Micka es PAULINA FUENTES FINKELSTEIN y atiende en Viña del Mar, Chile. Les dejo un link con información sobre ella: Click aquí para obtener más info.
Además, si quieres seguir profundizando en algunos de los distintos tratamientos utilizados para el tratamiento de queloides, puedes visitar nuestro post donde abordamos 7 tratamientos distintos para eliminar los queloides.
Finalmente, si tienes alguna duda, no olvides que me puedes escribir a través de Instagram o al correo electrónico: [email protected]
Isi
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