Radioterapia en queloides: síntesis de 2 estudios con toda la información que necesitas saber.
Muy a menudo me llegan preguntas relacionadas a la radioterapia. Sin embargo, si soy honesta, no conozco mucho sobre el tema. Así que me puse a investigar y a tomar información de primera fuente; dos investigaciones dedicadas a la aplicación de radioterapia en queloides. Si bien hay cositas que todavía no entiendo a cabalidad, las dejé de manera explícita en el post, para que ustedes puedan adquirir nociones médicas y científicas sobre el tratamiento.
Antes de comenzar, es necesario señalar que los estudios son del año 2009 y 2020, por lo que es muy probable que parte de la información actualmente esté desactualizada y/o algunos procedimientos hayan mejorado. Sin embargo, considero que es información útil para conocer e interiorizarse con este procedimiento tan «nuevo» para la comunidad de queloides, pero que ha demostrado tener una gran efectividad en su tratamiento.
Tanto la información como las imágenes descritas a continuación son una síntesis de ambos estudios, por lo que no pertenecen a investigaciones realizadas por el equipo de Queloide.cl. Solo han sido utilizadas para informar sobre el procedimiento de radioterapia y braquiterapia. ¡Que lo disfruten!
Contenidos
¿Qué es la radioterapia?
De manera introductoria, en la comunidad médica se entiende que «la descripción clásica de un queloide corresponde a una formación de cicatriz exuberante que se extiende más allá de los bordes de la herida original. […] Esta condición provoca deterioro en la calidad de vida (del paciente) por causar desfiguración cosmética, dolor y prurito. El tratamiento es difícil, con altas tasas de recurrencia e incluso el mismo tratamiento, en ocasiones, puede ser un factor de estímulo de crecimiento». (Calderón et al., 2020)
Ahora, con respecto a las posibilidades de tratamientos disponibles para disminuir y/o eliminar los queloides, se considera que, «a pesar de que existe una amplia gama de opciones terapéuticas e incluso combinación de estas, aún existen tasas de recurrencia elevadas que hacen del tratamiento de los queloides un desafío. […] El uso de láminas de silicona y las inyecciones de corticoides se posicionan como tratamiento de primera línea; a pesar de ello, los queloides suelen resistir a estas medidas conservadoras, con tasas de recurrencia variables. El tratamiento agresivo mediante resección quirúrgica es a menudo la única opción para muchos pacientes, pero la escisión sola conlleva tasas de recurrencia inaceptablemente altas, de entre un 45 a un 100%.» (Calderón et al., 2020)
Observamos entonces que, como solución a estas altas tasas de recurrencia presentadas por la intervención quirúrgica por sí sola, la radioterapia como tratamiento para queloides consiste en la aplicación de radiación focalizada, posterior a la extirpación quirúrgica de un queloide. La función de la radioterapia en este caso es, a grandes rasgos, evitar la reaparición del queloide luego de dicha extirpación. Este tratamiento es considerado actualmente como el más eficaz para el tratamiento de esta afección, puesto que presenta las mayores tasas de éxito en el postoperatorio inmediato, con recurrencias del 10 al 70% dependiendo de la localización, causa, tipo de paciente y protocolo de radioterapia empleado. (Calderón et al., 2020)
Si bien para much@s de nosotr@s, desde el punto de vista de pacientes, este territorio parece desconocido, ya en el 2009 se consideraba que «existe una amplia experiencia sobre el uso de la radioterapia en los queloides y muchos autores han descrito procedimientos que con el tiempo se han ido mejorando, especialmente por la evolución de los medios técnicos disponibles en la actualidad». (Bisbal et al., 2009)
En general, la investigación médica ha demostrado la conveniencia de la radioterapia (y braquiterapia) como tratamiento complementario a la cirugía de los queloides. Si bien las técnicas modernas han sufrido modificaciones, la investigación de Bisbal (2009) ya indicaba que ambas técnicas se posicionan como los tratamientos con menor tasa de recidivas (reaparición del queloide) y, por lo tanto, mayor efectividad a la hora de eliminar los queloides. Los resultados de ambas técnicas se muestran como altamente comparables, por lo que «el elegir entre una u otra vendrá determinado por su disponibilidad, la situación anatómica del queloide, su forma, tamaño y por el confort del paciente».
Con los años, la aceptación de este tipo de tratamientos en la intervención de queloides ha mantenido una buena aceptación. «La radioterapia postoperatoria es un procedimiento bien aceptado por los pacientes y sin efectos secundarios graves. Es una opción de tratamiento para queloides de gran tamaño, de difícil manejo o que han recidivado tras el empleo de otras medidas más conservadoras.» (Calderón et al, 2020).
Es muy relevante este último punto, en el que se menciona que la radioterapia es una opción factible para queloides que no han presentado solución utilizando otros tratamientos. Al respecto, en la investigación de Calderón (2020) se registra que, de los 32 queloides intervenidos tratamiento de extirpación quirúrgica y radioterapia inmediata posterior, solo 13 no habían recibido un tratamiento anterior.
Ahora, con respecto a una temática que suele ser motivo de resquemor al pensar en acudir a este tratamiento, la investigación de Calderón (2020) nos indica que «La radioterapia adyuvante está considerada un procedimiento seguro y eficaz para el tratamiento de queloides, y en nuestro estudio presentó una mínima morbilidad. En series con mayor número de pacientes y en trabajos de revisión sistemática, la conclusión es que el riesgo de carcinogénesis atribuible a la radioterapia para el manejo de queloides es muy bajo cuando los tejidos circundantes, incluyendo la glándula tiroides y las glándulas mamarias, están adecuadamente protegidos. Por lo tanto es una modalidad aceptable como tratamiento.»
Además, dicha investigación señaló que los efectos secundarios presentados por los pacientes fueron de mínimo impacto (siempre y cuando el tratamiento se realice respetando todas las medidas de seguridad asociadas). En ninguno de los tratamientos se describió dolores o molestias intensas producto de la radioterapia, y los efectos secundarios más graves se relacionaron principalmente a la aparición de telangiectasias (conocidas comúnmente como arañitas vasculares) en la zona de la intervención, cambios en la pigmentación de la piel cercana y alopecia focalizada alrededor de la zona tratada con radiación.
¿Cómo funciona la radioterapia?
Complementando lo descrito por ambas investigaciones, encontramos que:
- «Su mecanismo de acción se basa en la generación de microtrombosis e inflamación aguda junto con el control de la proliferación e inducción prematura de la muerte celular de los fibroblastos y la destrucción de las células basales de la dermis, produciendo así una disminución de la síntesis de colágeno.» (Calderón et al., 2020)
- «La radioterapia transforma el queloide en un tejido hipocelular, hipovascular e hipóxico, impidiendo la excesiva migración de fibroblastos. Si se administra la dosis adecuada de radiación, se consigue un equilibrio entre la formación de cicatriz y la proliferación excesiva de tejido, evitando la formación de queloide, sin impedir la cicatrización normal.» (Bisbal et al., 2009).
¿En qué consiste el tratamiento de radioterapia en queloides?
El método quirúrgico consiste en realizar una extirpación del tejido queloide y aplicar radioterapia inmediatamente después de la intervención, idealmente dentro de las 24 horas siguientes. En todos los casos, se utilizaron medidas de protección y seguridad médica que buscan minimizar la exposición de la piel circundante al queloide con la radiación, además de limitar la penetración de los electrones en profundidad. (Calderón et al, 2020) De la correcta utilización de dichas medidas de seguridad depende la seguridad de la intervención.
El tiempo en aplicar la radioterapia luego de la extirpación quirúrgica es clave. En palabras de Calderón (2020); «la radioterapia debe iniciarse dentro de las primeras 72 horas posteriores a la exéresis quirúrgica del queloide para prevenir su recurrencia. Está descrito también que se debe aplicar lo más precozmente posible después del acto quirúrgico, ya que la tasa de recurrencia de los queloides disminuye cuando se realiza dentro de las 7 primeras horas en comparación a cuando se realiza a las 24 horas o más».
Como un punto a considerar, Bisbal (2009) señala que «en la mayoría de los casos de nuestro estudio el tratamiento se realizó de forma ambulatoria. El mayor inconveniente fue que el paciente debía acudir a realizar 4 sesiones de tratamiento en un corto periodo de tiempo (24 a 36 horas), por lo que se tenía de desplazar hasta el centro médico.»
La investigación de Calderón (2020) muestra también un punto clave, y es que la intervención quirúrgica acompañada de radioterapia ha demostrado ser particularmente efectiva en los queloides localizados en la zona auricular. «En nuestra experiencia, la radioterapia externa a dosis de 16.5 Gy en 3 fracciones resultó eficaz para el tratamiento de queloides en la zona auricular, sin recidiva en los 13 queloides auriculares tratados, incluyendo aquellos que habían recibido tratamientos previos frustrados con otras modalidades; este resultado es similar al reportado en otros trabajos con tasa de recurrencia baja, del 4%.»
¿Quiénes pueden acceder al tratamiento de radioterapia?
Si bien es un tratamiento al que puede acceder cualquier persona que busque eliminar sus queloides, lo usual es que se utilice para queloides con alta recurrencia, que hayan pasado previamente por tratamientos con resultados insatisfactorios.
¿Qué especialista lo lleva a cabo?
Al ser un procedimiento de alta complejidad, requiere de la contribución entre un/a cirujano plástico y un/a radioterapeuta. Además, se requiere del apoyo de un equipo médico completo y variado, el cual es indispensable para la efectividad de la intervención. En ciertos casos, todo el equipo médico se encuentra disponible en un mismo establecimiento de salud. Sin embargo, en otras oportunidades se debe realizar la extirpación quirúrgica (primera parte) en un centro médico y luego acudir a las sesiones de radioterapia (todo dentro de las 7-36 horas posteriores) en el establecimiento dispuesto por el especialista en radioterapia.
Al respecto de la relevancia de contar con los/as especialistas adecuados/as, Bisbal nos indica que «la contribución del cirujano plástico a la hora de obtener los mejores resultados estéticos es evidente. De su habilidad en traumatizar mínimamente los tejidos sanos vecinos y de su capacidad para evitar las tensiones cutáneas innecesarias, dependerá en gran medida que la cicatriz resultante quede con el mejor aspecto posible. Así mismo será imprescindible que la reconstrucción de los defectos provocados por el queloide se haga en un tiempo, antes de la radioterapia.» (2009).
¿Cuál es la diferencia entre braquiterapia y radioterapia?
«Entre las técnicas de radiación existentes en la actualidad, dentro de las utilizadas para el tratamiento de queloides destacan la radioterapia con haz de electrones y la braquiterapia, con sus diferentes modalidades.» (Calderón et al, 2020) Entendemos, por lo tanto, que ambas técnicas comparten una misma raíz, pero presentan grandes diferencias en su aplicación. Según Bisbal (2009), las diferencias esenciales entre la Braquiterapia y la Radioterapia se podrían describir de la siguiente manera:
Braquiterapia
La braquiterapia requiere la colocación de un catéter en el mismo lecho quirúrgico de extirpación del queloide, a través del cual se introduce una fuente radiactiva. La fuente tiene unos 3mm de longitud y 1,2 mm de diámetro y está soldada al final de un cable metálico. Su movimiento por el interior del catéter está controlado por ordenador […]. Variando el tiempo en que la fuente radiactiva permanece parada en unos puntos determinados, conseguimos distintas distribuciones de la dosis según requerimientos.
Es importante empezar el tratamiento lo antes posible (luego de la extirpación del tejido queloideo). Generalmente se emplea la braquiterapia para el tratamiento de queloides con un trayecto lineal y en superficies planas o curvas. Entre las principales ventajas de esta técnica destacamos que la radiación empleada tiene muy corto alcance, por tanto irradia muy poca cantidad de tejido sano, con lo que la radioprotección del paciente es máxima. El principal inconveniente es la necesidad de llevar el catéter en la zona de la herida, por lo que no podrá usarse en casos muy extensos o complejos.
Radioterapia
La radioterapia es el tratamiento de la herida dejada por la extirpación de un queloide mediante radiaciones, estando situada la fuente emisora en el exterior del paciente. En este caso utilizamos radiaciones con poca capacidad de penetración, preferentemente electrones de baja energía, ya que el queloide es un proceso superficial y se deben minimizar los posibles riesgos secundarios.
[…] La radioterapia se utiliza en aquellos queloides en los que tras su extirpación no es posible colocar un catéter bajo la herida, bien por tratarse de una zona múltiple y reducida o bien por su localización, como por ejemplo en las orejas. Su mayor ventaja está en que su dosimetría es más simple que para la braquiterapia. Entre los inconvenientes, el que irradia mayor cantidad de tejido sano, por lo tanto la radioprotección es menor que con la Braquiterapia.
Finalmente, Calderón (2020) indica que, si bien la braquiterapia ha mostrado más efectividad en algunas situaciones, la escasez de centros que trabajen con el equipo necesario y el riesgo de dañar la herida al introducir el vector plástico que se utiliza para llevarla a cabo, provocan que muchas veces se opte por radioterapia con haz de electrones. De todas maneras, hay situaciones específicas en las que el posicionamiento y el tamaño de la herida hacen más factible la utilización de braquiterapia frente a otra intervención.
¿Cuál es su costo?
Aproximadamente, el costo del tratamiento por completo (en Chile), contemplando tanto la cirugía como la radioterapia posterior, se encuentra en el margen entre los 1 y 8 millones de pesos chilenos. El valor depende principalmente de:
- Clínica en la que se realiza la intervención
- Previsión de salud
- Complejidad de la intervención
Más información al respecto
Si quieres consultar directamente las fuentes que utilizamos en este post, puedes encontrarlas en los siguientes enlaces:
- Manejo de queloides mediante combinación de cirugía y radioterapia con haz de electrones (2020). Calderón W., Camacho J., Obaíd M., Subiabre R., Vinés E.
- Tratamiento combinado de los queloides mediante cirugía y braquiterapia (2009). Bisbal J., Guix B., Coronel R.
Además, si quieres leer de primera fuente experiencias directas de personas que han vivido en carne propia la intervención quirúrgica seguida de radioterapia, puedes encontrarlas en nuestros post anteriores:
- Braquiterapia en queloides: la historia de Adriana Pastor.
- Radioterapia en queloides: la esperanza de Ale y su próxima cirugía.
- Queloide en oreja: la historia de Celeste.
Finalmente, si te interesa conocer otras opciones que se utilizan comúnmente para el tratamiento de las cicatrices queloides, puedes visitar nuestro post de 7 tratamientos para eliminar queloides, en el que hablamos acerca de la infiltración, la utilización de láminas de silicona y la radioterapia, entre otros.
¡Muchas gracias por leer!
Espero de corazón que les haya encantado el post. Recuerden que me pueden escribir sus dudas en la sección de comentarios o enviar un correo electrónico a: [email protected].
Isi ✨
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